No, en este caso no vamos a necesitar un crucifijo ni ningún tipo de conjuro, basta con que empecemos por reconocer el valor que supone emprender un negocio o montar una empresa como freelance. Estudios demuestran que las personas emprendedoras tienen una gran confianza en sí mismas. Además, también poseen una mayor claridad emocional y una capacidad instintiva para afrontar situaciones ambiguas. ¿Cómo te quedas? Vamos, que por ser freelance eres científicamente un partidazo.
Pero incluso los freelance más decididos pueden ser víctimas a veces de patrones de pensamiento autodestructivos. Uno de estos patrones se conoce como síndrome del impostor, o la tendencia a sentir que no eres tan bueno en tu carrera como tu experiencia, formación, premios o las opiniones de los demás podrían sugerir. Un poco de síndrome del impostor puede ser motivador, pero demasiado puede envenenar tus ambiciones profesionales, también cuando caes en una eterna comparación con los demás. Esto es lo que dice el psicólogo Fabio Ibrahim, de la Universidad Helmut Schmidt de Hamburgo (Alemania), sobre el síndrome del impostor:
"Las investigaciones sobre el síndrome del impostor demuestran que un alto nivel de inseguridad no favorece la carrera profesional. Los miedos llevan a no enfrentarse a los retos y a no ser capaz de crecer a partir de ellos. Las personas con un elevado síndrome del impostor tienden a fijarse objetivos muy altos o muy bajos. Los objetivos muy bajos no plantean retos y los objetivos muy altos rara vez se consiguen. La grandeza surge de la duda sobre uno mismo y de la voluntad de desarrollarse aprendiendo de los errores"
En otras palabras, es importante responsabilizarse de uno mismo cuestionándonos a veces cómo podríamos haberlo hecho mejor. Pero un exceso de juicio e inseguridad puede llevarnos a interiorizar pensamientos de autosabotaje, como "no soy tan bueno como creen que soy" o "es sólo cuestión de tiempo que se den cuenta de que otro puede hacerlo mejor".
Afortunadamente, las nuevas investigaciones psicológicas nos enseñan cómo evitar los patrones de pensamiento asociados a los sentimientos de impostor. Por ejemplo, un estudio reciente descubrió que las personas que sufren del síndrome del impostor muestran lo que los psicólogos llaman un "estilo atribucional" defectuoso. Con esto quieren decir que son más propensos a atribuir los logros a factores externos como la suerte o la casualidad y más propensos a atribuir los “fracasos” a factores internos como la falta de habilidad o inteligencia. Un ejemplo de esto podría ser creer que un nuevo proyecto de trabajo o de freelance que has ganado se debe a una coincidencia porque era el momento ideal, mientras que un proyecto que has perdido se debe a que tus ideas no son lo suficientemente buenas.
Esta no es una receta para la autoconfianza o el éxito. Aquí la cuestión es aprender a reconocer tus logros, no de una forma arrogante, sino de manera que reafirme tu creencia en tu capacidad para alcanzar tus objetivos. Del mismo modo, debes ser menos exigente contigo cuando sufras un fracaso o un revés. El fracaso forma parte de la vida, y a menudo no guarda relación con la eficacia que uno tiene o puede tener en una tarea determinada.
Otro consejo es que aprendas a eliminar cualquier sentimiento de culpa o de que no te lo mereces cuando tengas una buena oportunidad. Sin duda, la vida te deparará una buena cantidad de contratiempos, muchos de los cuales estarán completamente fuera de tu control. Por eso es importante aprender a aprovechar los golpes de suerte sin mirar atrás.
Los psicólogos también han demostrado que las personalidades neuróticas, o las personas propensas a experimentar emociones negativas como el miedo, la ira, la preocupación, la envidia y la soledad, son más propensas a presentar el síndrome del impostor. Probablemente esto tenga que ver con el ciclo de dudas sobre uno mismo que se asocia al ‘impostorismo’.
Pero antes de lanzarte a hacer un test para descubrir si estás desarrollando este tipo de personalidad, recuerda que los rasgos de personalidad no son inamovibles, ni siquiera el neuroticismo. Las investigaciones demuestran que el neuroticismo disminuye gradualmente a lo largo de la vida. Intervenciones como la terapia cognitivo-conductual y los ejercicios de atención plena también pueden reducir el neuroticismo. Incluso mejorar su rutina de autocuidado haciendo cosas como dormir lo suficiente, hacer ejercicio y comer sano puede reducir el grado en que el neuroticismo afecta a su personalidad y puede ayudar a acallar los sentimientos de impostor.
También es importante recordar que los sentimientos de impostor no son indicativos de una personalidad poco saludable. Las investigaciones sugieren que las personas que luchan contra este síndrome tienden a ser, al mismo tiempo, ambiciosas y modestas, dos rasgos admirables que ayudan a promover resultados profesionales positivos. También poseen una mayor visión de sí mismos que la mayoría.
Los sentimientos de impostor solo son contraproducentes cuando hacen que dejes de prestar atención a las oportunidades de progreso profesional. Si sientes que el síndrome del impostor te está frenando, haz lo posible por:
This is an adapted version in Spanish from Xolopreneurs, don’t let Impostor Syndrome hold you back by Mark Travers
Laura es redactora freelance en el blog de Xolo desde 2021. Después de trabajar en agencias de publicidad decidió trabajar en contenido por su cuenta y ahora escribe sobre cómo poder vivir de ello. Como autónoma compagina las estrategias digitales en redes sociales, la redacción de artículos o la escritura UX para web.
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