Lo de empezar a ser trabajador por cuenta propia es todo un proceso, algo así como unas XII pruebas de Astérix en las que tu único Obélix va a ser tu gestor. Para ser autónomo lo primero es encontrar el arrojo, la valentía y la seguridad de que se va a poder vivir de ello, lo cual ya es mucho decir. Tras ello, comienza el proceso de los procesos: que si el alta aquí —Agencia Tributaria— y el alta allá —Seguridad Social—, que si elige una mutua y crea tu modelo de facturas. Y, por último, el broche: inscribirse en el epígrafe correcto del IAE para autónomos.
Y, con toda la razón, te preguntarás: ¿qué es el IAE? Las siglas IAE hacen referencia al Impuesto de Actividades Económicas, un tributo en el que uno se da de alta a través de los modelos 036 o 037 de Hacienda, pero que es gestionado por los ayuntamientos españoles. Dicho así, el IAE suena a gravamen, a algo que se te va a cobrar a mayores de la cuota de autónomos, el IVA, el IRPF y demás, ¿cierto?
Pues no, puedes respirar tranquilo.
A continuación te lo explicamos más pormenorizadamente, pero resumiendo mucho cabe decir que el IAE es un impuesto que no se cobra pero que sí tiene su importancia: en él hay que darse de alta escogiendo el epígrafe correcto y que se corresponde con nuestra actividad.
La burocracia —y más en concreto la burocracia española— tiene estas cosas: el Impuesto de Actividades Económicas es un tributo en el que todo autónomo se debe dar de alta como si lo fuese a pagar, que parece que se paga y que hasta tiene nombre de que se paga. Pero que no se paga en casi ningún caso.
¿Quiénes tienen que pagar el IAE? Solo las empresas que facturen más de un millón de euros al año 💶 y estén más allá de su segundo año de actividad. Es decir, que si ese es tu caso, probablemente no te debas preocupar del tema, ni siquiera seguir leyendo este artículo. Seguro que habrá alguien en tu empresa que se dedique a gestionar estos temas. Así que eso: despreocúpate, vive la vida, aprovecha que eres un empresario importante para ocupar tu tiempo en cosas más importantes y divertidas. Como saber cuál es la última liada de Froilán de Marichalar, por ejemplo.
Si no tienes tanta suerte de facturar más de un millón de euros al año, tres cosas te comentamos. La primera: que sepas que no estás solo. La segunda, una buena noticia: no tienes que pagar el impuesto en cuestión. Y la tercera, una mala: lo que sí tendrás que hacer es elegir tu epígrafe en el IAE de autónomos.
Al darte de alta en el IAE como autónomo se te pedirá que escojas tu epígrafe, que viene a ser una especie de contenedor en el que estará incluida tu profesión. Epígrafes hay muchos, cientos de ellos, pero estos se dividen en tres grandes grupos: las actividades empresariales, las actividades profesionales y las actividades artísticas.
Si eres una o un artista —pero artista de verdad 💃, no de que tus colegas te saluden con un ke pasa artista por WhatsApp— nos imaginamos que no tendrás dudas en qué sección del IAE debes darte de alta. Más problemático es cuando tu profesión es cualquier otra, y tienes que decidir si se encuentra entre las actividades empresariales o profesionales en el IAE.
El método para diferenciar a qué actividad pertenece tu epígrafe del IAE para autónomos es sencillo, y es el mismo que comentamos en el punto anterior: discernir si desarrollas tu trabajo de forma independiente, individual y directa; o si, por el contrario, trabajas dentro de una organización o estructura. En el primer caso se trataría de una actividad profesional; en el segundo, de una empresarial.
Una vez dilucidado este paso, viene el todavía más difícil: saber en qué epígrafe exacto debes darte de alta.
En resumen, los epígrafes del IAE para autónomos son un intento de representar todos los diferentes trabajos que puede llevar a cabo un autónomo, la última división dentro de los tres grandes grupos de las actividades empresariales, profesionales, o artísticas.
Como veremos más adelante, el listado no está muy actualizado ni tampoco abarca todas las profesiones, pero eso no te va a suponer un problema.
El listado de epígrafes del IAE al completo se puede consultar en la web de la Agencia Tributaria. Además de en las tres secciones antes mencionadas, las actividades se jerarquizan en divisiones, agrupaciones, grupos y, por último, epígrafes.
Por ejemplo, la actividad de “Traductores e Intérpretes” se encontraría en la sección 2, división 7, agrupación 77, grupo 774.
Lo sabemos: son demasiados números y demasiadas subdivisiones de las subdivisiones. Lo positivo es que, si tienes suerte, solo tendrás que sumergirte en esta lista de epígrafes una vez en tu vida.
Lo más inteligente y práctico para evitar un lío o una equivocación, tal y como ocurre con muchos procesos burocráticos necesarios para ser autónomo, es recurrir a los servicios de las gestorías como Xolo.
Ojo, que nadie quiere infravalorarte. Por supuesto, también puedes hacerlo tú solo. Y si es así y prefieres llevar a cabo esta aventura por tu cuenta en plan Will Smith en Soy Leyenda, lo cierto es que tienes toda nuestra admiración y todo nuestro apoyo. Por ello te dejamos un par de consejos, datos importantes y recomendaciones que deberías tener en cuenta antes de proceder:
Así pues, resumiendo: ¿es el IAE un impuesto que no se paga y que tiene cientos de epígrafes pero en el que, si te dedicas al mundo digital, es posible que no tengas uno donde incluirte? Sí, efectivamente: el IAE es un impuesto que no se paga y que, entre sus cientos de epígrafes, puede que no tenga uno para tu actividad laboral.
Súper lógico, ¿no?
¿Qué sucede si llevas a cabo tu alta en el Impuesto de Actividades Económicas y te das cuenta que has metido la pata, que te has inscrito en el epígrafe que no te corresponde? En principio no debería ser un drama: las equivocaciones y errores en el IAE son todo un clásico, y no tienen por qué desembocar en consecuencias de gran calado.
Lo primero que hay que destacar es que aunque estés dado de alta en un epígrafe incorrecto, siempre podrás liquidar tus impuestos por el régimen que te corresponda. Esto tiene su importancia: recuerda que, por ejemplo, las actividades empresariales no facturan con retención de IRPF, al revés que las profesionales.
Más allá de eso, la normativa de la Agencia Tributaria especifica que las declaraciones con datos erróneos pero que no tengan consecuencias recibirán una infracción de unos 250€. Esta puede aumentar si se reciben requerimientos y, sobre todo, si se les hace caso omiso.
En definitiva, el del Impuesto de Actividades Económicas es un paso imprescindible en el camino de los trabajadores por cuenta propia. Uno que puede ser algo lioso y que cuenta con una lista de trabajos ciertamente anquilosada en el tiempo, pero que no aporta grandes problemas si se gestiona medianamente bien. Y lo mejor: a no ser que se gane más de un millón de euros al año, no habrá que tributar nada con él.
Todo lo que tienes que hacer es darte de alta en el epígrafe del IAE para autónomos que te corresponde y, si todo va bien, podrás olvidarte de él hasta que te jubiles, decidas cambiarte de profesión, o, por qué no, dejar de trabajar después de que te toque la lotería. En Xolo, porque somos así de buenas personas, esperamos que sea esto último.
Sobre Xolo
Xolo es mucho más que una gestoría digital. Ayudamos a los freelance con el papeleo para que puedan dedicar su tiempo a hacer crecer su negocio. Ofrecemos soluciones de facturación, contabilidad y fiscalidad para escalar la revolución freelance y del futuro del trabajo.