El dinero y los freelance siempre hemos tenido una relación un poco complicada, digamos que hasta tóxica. Algo así como la de Almudena Cid y Christian Gálvez en estos últimos tiempos, que parece que por cada momento bueno que mostraban habían tenido diez malos de los que nunca supimos. Y es que, de forma parecida, ya no es solo que muchos de nosotros las hayamos pasado canutas para llegar a fin de mes en alguna ocasión 😰, o que estemos expuestos a una incertidumbre casi no continua. No. A todo ello hay que sumarle que a la gran mayoría nos cuesta muchísimo hablar de dinero.
En nuestra opinión, esto no debería ser así, en absoluto. Hablar de la guita, el parné, los billetes cuando estos suponen un problema puede ser terapéutico, incluso una vía para encontrar soluciones. Que la gente sepa cuánto cobramos, especialmente gente del sector, es una vía para establecer nuestras tarifas de forma más acorde al mercado. Y, en general, que hablar con libertad de dinero sea un tabú lo único que nos genera a los freelance son problemas.
En este artículo vamos a intentar responder a varias preguntas al respecto de este tema, tantas veces vetado en nuestras conversaciones. Porque, después de habernos visto cohibidos tanto tiempo, ha llegado el momento de desahogarse.
Comencemos por el principio, por la pregunta que todos los freelance nos hacemos de tanto en tanto: ¿por qué nos cuesta tanto hablar de dinero?
Una de las primeras explicaciones que suele aflorar aquí es la que apuntan al aspecto cultural. Es decir, la que apunta a la tradición católica presente en España —subráyense aquí las palabras “tradición” y “aspecto cultural”, que ya sabemos que pocos aquí irán a misa los domingos—. Según este argumento, la predicación que el catolicismo hace de la vida sencilla, o en contra de la avaricia y la gula y la usura, haría que en países como España, Portugal, o Italia se hable de dinero menos abiertamente. Como si no tener tapujos al respecto fuese de mal gusto, o una muestra de falta de humildad.
Puede que esto explique parte de la problemática, aunque no de forma definitiva. En EEUU, un país de fuerte tradición protestante además de cuna del capitalismo moderno, puede que se hable de dinero con más libertad, pero tampoco se hace sin tapujos. E, igualmente, hay profesiones a este lado del charco —sobre todo aquellas relacionadas con el mundo de las finanzas— en las que se habla de dinero constantemente, a veces hasta un punto ridículo.
Habrá, pues, que indagar un poco más. ¿Será entonces que somos los freelance del mundo creativo, especialmente, a los que tanto nos cuesta hablar de dinero?
Ante la pregunta que titula este apartado, la respuesta es sencilla: no. Un “no” como la copa de un pino. Todo trabajo hay que cobrarlo, por dignidad y, básicamente, porque no nos tomen el pelo.
Por alguna razón, es como si los freelance y los trabajadores de ciertos sectores creativos, humanitarios, o con carácter de servicio a la sociedad nos sintiésemos mal a la hora de reclamar lo que es nuestro. Quizás, tiene algo que ver con ese punto vocacional que llevan asociado. O con el hecho de que el materialismo, entendido como algo negativo —y esto lo explica muy bien Pedro Vallín en su libro ¡Me cago en Godard!—, fue un invento de los que más tienen para quedarse con lo bueno.
En cualquier caso, nosotros, en Xolo, somos fans de Concha Piquer. Y alabamos la respuesta de la folclórica cuando le acusaron de que le gustaba más el dinero que cantar: “Eso es mentira, yo he tenido una gran vocación y la sigo teniendo (…), pero si no gano dinero, no me divierto” 💃
Así pues, hemos visto que no tiene mucho sentido no hablar de dinero cuando nos va bien, solo por seguir ese voto de pobreza y castidad católica. Y que, por muy alternativo, vocacional y happy flower que sea nuestro oficio, tampoco está justificado el colocar el dinero como algo secundario, casi que sucio, impuro. No. El trabajo se cobra. Y si te va bien con ese oficio, pues mejor para ti. Anúncialo a los cuatro vientos si así te apetece.
Vamos, pues, con otra de las anclas que nos amarra a ese turbio mar donde no se habla de dinero: el del miedo a la competencia.
Si eres de los que alguna vez te has guardado secretos sobre tus tarifas, el estado de tus finanzas, o cualquier otro detalle de esa índole por no dar información a la competencia, te decimos una cosa: mal hecho. O, al menos, así lo vemos nosotros. Porque, más que perjudicarte, hablar con gente de tu propio sector sobre dinero te va a beneficiar. Recuerda: la información es poder, y su intercambio siempre es beneficioso.
Y, ahora, llegamos al aspecto que es más difícil de corregir, al más comprensible y, quizás, más habitual: el no hablar de dinero cuando nos va mal, ya sea por inseguridad, por miedo, o por reparo. No debería ser así, por supuesto. Y argumentamos esta idea con tres pilares.
Ojo, que no queremos sonar como un libro de Paulo Coelho, eso sería lo último en la vida. Pero dejando eso claro, sí es cierto que, a veces, nos castiga más el encerrar nuestros sentimientos o frustraciones o miedos que lo que estos nos generan. Es decir, aplicando esto al caso que nos ocupa, la frustración porque nos vaya mal económicamente en nuestro trabajo como freelance no va más que empeorar si la mantenemos en secreto, dentro de nosotros, torturándonos constantemente.
Hablar de nuestros problemas es un alivio, un desahogo. Y nada debería cambiar aunque estos estén relacionados con el dinero.
Suele suceder, además, que cuando un problema nos absorbe mucho ya no somos capaces de ver más allá, de buscar alternativas. Y, en ocasiones, exponerlo con palabras a otros menos intoxicados por dicha problemática puede dar pie a que nos aporten soluciones.
Obviamente, y aunque aquí estamos muy a favor de hablar del dinero como de otra cosa cualquiera en la vida, tampoco te pedimos que le cuentes tus problemas a un desconocido en la puerta del Dabadaba, ese gran club donostiarra. Más bien nos referimos a que puedes tratar el tema con gente de tu confianza, que intuyas que te pueda dar un mínimo conocimiento del tema y que te aporten seguridad. Familia, amigos, el director de tu banc… bueno, no, mejor familia y amigos.
Y, por último, déjanos decirte que hablar, verbalizar un problema siempre es positivo. Aunque la persona que tengas enfrente no tenga ni idea de lo que estás hablando. Aunque no creas que te vaya a aportar una solución. Aunque lo hagas solo, frente al espejo…
Sí, hablar solo, sin nadie, ¿qué pasa? A nosotros nos funciona. Y dicen que es síntoma de buena salud psicológica.
Por resumir lo que hemos ido diciendo sobre ese poderoso caballero llamado Don Dinero: ni hablar sobre ello es de mal gusto, ni hay trabajos que se lo puedan permitir, ni es un problema de cara a la competencia, ni aporta nada el callarse todos los problemas relacionados con él, más bien todo lo contrario.
Dándole la vuelta a la mítica frase de aquel entrenador del Barça, tratar este tema es siempre positivo, nunca negativo 🧘♂️
Sobre Xolo
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