Residencia habitual, domicilio fiscal, dirección de facturación, dirección de envío… 🤯🤯 Help!
Como siempre, la cabeza nos explota con las cosas de la Administración. ¿Conoces la diferencia entre estos términos? ¿Sabes cuál aplica en cada situación? ¿Sabes cuál es la dirección que debe ir en tus facturas? En este artículo, te ayudaremos a aclarar todos estos conceptos y también resolveremos las dudas más frecuentes con respecto a uno de ellos, que tiene especial relevancia si estás pensando en trabajar por tu cuenta: ¿Qué es la dirección de facturación para un autónomo?
Antes que nada, veamos cuál es cuál.
También conocida por residencia habitual, hace referencia al país en el que resides y que, por tanto determinará dónde debes pagar tus impuestos. Es un concepto que aplica tanto a trabajadores por cuenta ajena (asalariados) como a trabajadores por cuenta propia (autónomos), ya que ambos pagan IRPF. También a empresas, pero en este caso el impuesto que aplica es el Impuesto de Sociedades.
💡Recuerda que si eres autónomo y permaneces en territorio español más de 183 días durante el año natural (de enero a diciembre) o si tienes aquí el centro de tus intereses económicos, la Agencia Tributaria te considerará residente fiscal en España y tributarás en este país.
Según la Agencia Tributaria el domicilio fiscal es “el lugar de localización del obligado tributario en sus relaciones con la Administración Tributaria. Para las personas físicas, será el lugar donde tenga su residencia habitual”.
What? En palabras que podamos entender please. Básicamente, que si tu residencia habitual es España, tu domicilio fiscal debe de estar también en España. En el caso de los trabajadores por cuenta propia, como norma general, el domicilio fiscal suele coincidir con la dirección donde residen. ¿Por qué? Porque a ese lugar te llegará cualquier notificación o información relacionada con la actividad y debes estar pendiente de recogerla, porque la administración entenderá que te ha notificado aunque no lo hagas. Y no queremos problemas…
Este término es un poco más complejo ya que, en algunos casos, el domicilio fiscal y la dirección de facturación pueden coincidir. Pero no tiene por qué ser siempre de este modo.
Por resumirlo de una manera sencilla, se corresponde al lugar donde desarrollas tu actividad. Por eso, en el caso de los trabajadores por cuenta propia, suele coincidir con el domicilio fiscal. De no ser así (de no coincidir), deberías indicarlo correctamente a través de los modelos 036 o 037.
También podemos encontrarnos con otra definición de dirección de facturación (a veces conocido como domicilio de facturación) relacionada con las compras online (nada tiene que ver con temas autónomos o empresas). En este caso, estaríamos refiriéndonos a la dirección asociada a la tarjeta crédito/débito del comprador. Pero esto es otra historia bastante diferente y a la que dedicaremos un espacio más adelante.
Esta no tiene mucha complicación. Es la dirección a la que te llega el pedido de Zara. No tiene nada que ver con tu actividad, simplemente con el lugar donde quieres recibir la mercancía. Puede ser tu casa, tu sitio de trabajo o la casa de tus abuelos (que siempre están).
Ahora que tenemos claro quién es quién podemos enfocarnos en la que más nos interesa y pasar a resolver las dudas más frecuentes con respecto a la dirección de facturación.
Como comentábamos al inicio de este artículo, la dirección de facturación es el lugar en el cual desarrollas tu actividad. En el caso de los trabajadores por cuenta propia, la dirección de facturación suele coincidir con el domicilio fiscal. Y este, a su vez, suele coincidir con la dirección de residencia.
☝️ Recuerda que es un dato muy importante y que debes actualizar inmediatamente si se produce cualquier cambio en el mismo, porque es a donde te llegará cualquier notificación de la Administración.
La dirección de facturación te interesa especialmente como freelance, además de por lo dicho en el apartado anterior, porque es uno de los campos que debes cubrir obligatoriamente en TODAS tus facturas. Tanto la dirección de facturación del emisor como la del receptor.
También es recomendable que aparezca en las facturas que recibes de tus clientes y proveedores (si quieres deducir esos gastos más adelante; cosa que te interesa, ya sabes, para pagar menos impuestos).
La dirección de facturación es esencial para cumplir con tus obligaciones fiscales, ya que las facturas deben ser correctas para poder presentarlas ante Hacienda cada trimestre, pagar tus impuestos y evitar sanciones.
Sirve para saber donde se encuentra el domicilio de una persona física o jurídica. Forma parte de la información de contacto del cliente o proveedor. Gracias a la dirección de facturación podrás enviar las facturas o comprobantes fiscales correspondientes a cualquier transacción comercial.
Además, la dirección de facturación es esencial para el seguimiento de los pagos y de las deudas, garantizando que se reciban los pagos correspondientes.
Imagínate que emites una factura y el cliente no te paga. Esperas 15 días, luego 1 mes, luego envías el típico mail de “¡Hola! No sé si has recibido la factura…”. Y lo peor de todo es que, te pague o no, tú sí vas a tener que cargar con el IVA de esa factura.
Pues bien, si tienes su dirección de facturación, podrás enviarle un requerimiento por escrito utilizando una carta certificada con acuse de recibo, un correo certificado o un burofax y notificarle la existencia de esa deuda. Si ninguna de estas opciones te funciona, también podrías pasar al requerimiento notarial. Al ser un acta notarial, si no te llegase a pagar nunca, al menos recuperarías tu IVA. Aunque gastarías en notario. Pero bueno, ¿y lo agusto que te quedas, qué?
La dirección de facturación debe incluir siempre y en todas tus facturas lo siguiente:
Aquí debemos diferenciar dos casos:
Si con todo lo que hemos descrito todavía no te aclaras, o bien prefieres delegar estos asuntos a otro porque te restan mucho tiempo, con nuestra plataforma online podrás mejorar tu proceso de facturación de una manera muy sencilla y evitando errores:
Paula trabaja como freelance en marketing de contenidos desde inicios del 2022. Se define como una persona creativa y “apasionada por lo bello”: la música, una buena novela, fotografía y moda, la naturaleza… Intenta conjugar esa “mezcla de cosas” que le gustan gracias a trabajar por cuenta propia. Como autónoma, puede moverse por todo el mundo en busca de proyectos que le inspiren y crear contenido para esas marcas.