Si todo el tema de la legislación y el papeleo de autónomos no fuese suficientemente lioso, en un acceso de sentido del humor e intención maligna de generar caos, la administración española decidió hace muchos años ponerle unas siglas similares a muchos de sus documentos: CIF, NIF, NIE. El resultado es que, ahora, muchos de vosotros os preguntéis, cada día que os encontráis unas de estas tres letras, a qué es que hacen referencia.
Pues bien: cero preocupaciones, relájate, ponte una kombuchita. ¿Por qué? Porque aquí llega Xolo, el Señor Lobo que soluciona los problemas de los trabajadores por cuenta propia, y este artículo lo vamos a dedicar a explicar las diferencias entre CIF y NIF y cualquier otra sigla de la administración que pueda llevar a confusiones. Porque si la Agencia Tributaria te complica la vida, nosotros estamos aquí para descomplicártela, si es que esa palabra existe.
¿Quieres que, antes de entrar en materia, te contemos un pequeño secreto? Pues allá vamos: si lo que te preocupa es qué es el CIF, ya puedes, también, dejar de preocuparte, porque este hace años que no existe 💁
Si quieres saber por qué, sigue leyendo…
Pero empecemos, antes de nada, por lo que sí existe: el NIF, el Número de Identificación Fiscal que todo autónomo debe tener.
Por dar una definición exacta, cabe explicar que el NIF, o número de identificación fiscal, es un código de identificación utilizado por la Agencia Tributaria y basado en números y letras, y que es obligatorio tanto para personas físicas como jurídicas. Por dar una definición más corta, podríamos decir que es el número con el que Hacienda nos identifica a cada uno de nosotros.
Por resumirlo mucho: para la Agencia Tributaria somos un número, y ese número es el NIF.
Dependiendo de si pertenece a una persona física o jurídica, y dependiendo también de su situación o naturaleza, el NIF se formará de una manera u otra.
Por ejemplo, en el caso de las personas físicas nacionales que tengan un DNI (es decir, la inmensa mayoría), el código NIF será exactamente igual al código del DNI, el documento nacional de identidad, que está formado por ocho números y una letra de control.
Por el resto de las personas físicas:
El NIF de las empresas y cualquier otra persona jurídica sigue un formato diferente al de las personas físicas, y sería algo así como B-1111111-Y. Donde:
Así pues, se puede decir que el NIF de las personas jurídicas, al compararlo con el de las personas físicas, ofrece dos caras: por una parte es más complejo —hay que tener en cuenta muchas variables sobre cómo se forma—, y, por otro, es más útil —pues ofrece mucha más información sobre el organismo o sociedad a la que representa—.
Para empezar, el primer aspecto del NIF de las personas jurídicas que ofrece una información inequívoca es la letra inicial. Cada letra está asociada a un tipo de persona jurídica:
Luego, tras esta primera la letra, el resto de dígitos del NIF de las personas jurídicas ofrece, asimismo, cierta información:
A la pregunta de qué es el CIF habría que hacerle una corrección en su tiempo verbal, pues más bien debería ser qué era el CIF. Y es que el CIF (código de identificación fiscal), que en su momento era el NIF de las personas jurídicas, desapareció hace mucho tiempo, con la implantación del Real Decreto 1065/2007, de 27 de julio.
Así pues, desde el año 2008, el CIF ya no existe, y tanto personas físicas como jurídicas, como hemos visto en el punto anterior, están obligadas por la Agencia Tributaria a tener un NIF.
Recuerda, eso sí, que no todo el mundo es tan moderno ni está tan informado como nosotros en Xolo, y todavía puede haber formularios, páginas web o clientes que te pidan el CIF de tu empresa. Si es así, ni te preocupes, tú envíales el NIF y asunto solucionado. Ya si a mayores quieres enviarles este artículo para que se actualicen, pues tú mismo 😎.
Visto lo visto, las principales diferencias entre CIF y NIF son:
Pues, a ver, averiguar el CIF de una persona jurídica hoy por hoy no es del todo fácil, básicamente porque, repetimos, NO EXISTE. Quizás, el único método que se nos ocurra es que te veas Regreso al Futuro, intentes extraer todo el conocimiento posible sobre cómo se construyó el Delorean y viajes en el tiempo a antes de 2008 para, así, llamar a aquella Hacienda del pasado mediante un móvil Nokia 3210 y preguntar por el CIF de una empresa.
Ya que esto es un poco lío, te recomendamos que te centres en el NIF, que hoy por hoy es el código para identificar tanto a empresas como a autónomos.
¿Cómo puedes saber el NIF de un autónomo o empresa? La solución más fácil es revisar una factura emitida por dicha persona física o jurídica, ya que en ella debe aparecer el NIF, da igual que sea una factura completa o una simplificada. Si no:
Por acabar de resolver las dudas entre siglas que se parecen demasiado y tienen funciones similares, vamos con la última: ¿cuál es la diferencia entre NIE y NIF?
Pues bien, cabe decir que hay poca distinción entre ambas más allá del nombre que utilizaremos dependiendo del contexto. Y es que el NIE, el Número de Identidad de Extranjero que debe solicitar (casi) todo foráneo que resida en España, siempre va a ser el mismo que su NIF, el Número de Identificación Fiscal.
Igual que sucede en el caso del DNI y el NIF, que tienen el mismo número y cuya única diferencia está en el contexto de uso, el NIE y el NIF de toda persona física compartirá los mismos dígitos y solo tendrá que escoger entre uno u otro dependiendo del trámite. ¿Con Hacienda? El NIF. ¿Con la Seguridad Social? El NIE.
¿Cansada ya de tanta sigla de tres letras? Pues espérate, que te traemos la última: se llama STD, es la que nosotros te proponemos, y consiste en Suscríbete, Trabaja y Despreocúpate.
Porque si te suscribes a Xolo y nos conviertes en tu gestoría, no es solo que te podrás olvidar de todo este lío de siglas, sino que te ofrecemos:
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Porque, como ya te hemos dicho, somos el Señor Lobo de los autónomos. Y el Señor Lobo soluciona problemas.
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